domingo, 10 de enero de 2010

Lazarillo de Tormes

REDACCIÓN DE LAZARILLO
Un joven muchacho de origen latino de ocho años vino a España con su madre, huyendo de una terrible catástrofe allí en su país. Su madre, que quedó herida de la catástrofe, a los pocos días de llegar a España murió. El joven muchacho tubo que apañárselas para sobrevivir en la calle.

Durante algunos meses pudo sobrevivir por las calles de una ciudad fría en invierno, una ciudad llamada Madrid, gracias a la caridad de algunos habitantes, hasta que un día, por razones humanitarias, un señor de unos sesenta y cinco años que era relojero, que ya estaba viudo, decidió acogerlo.

El joven muchacho se encargaba de hacer algunos recados para el relojero y le ayudaba a éste en las tareas del hogar. El joven estuvo alojado en esa casa alrededor de tres meses. Pero no todo iba bien, de echo al poco tiempo de acoger al muchacho, el relojero se aprovechaba en exceso de las habilidades de éste. El joven muchacho aguantó un tiempo ya que no quería volver a las frías calles de Madrid, pero un día escapó y volvió a enfrentarse a la dura realidad.

Después de dos meses más de estar en la calle solo, el joven muchacho ya sabía apañárselas él solo para sobrevivir en una ciudad sin tener un hogar. Pero, inesperadamente un señor de unos 50 años que se dedicaba a la mecánica y que llevaba varios días observando al muchacho intentó hablar con él. El joven no muy convencido de lo que intentaba decirle el mecánico, intentaba evitarlo ya que por su pasada experiencia con el relojero no quería volver a esa situación, pero sin embargo cedió.

Durante los primeros días el joven pasaba bastante tiempo en la calle durante el día, y ayudaba al mecánico a hacer tareas del hogar y le hacía algunos recados. Poco a poco el mecánico fue enseñándole su profesión y éste iba aprendiendo con rapidez así que el mecánico le ofreció trabajar con él en su taller. El muchacho aceptó y con esto, a los dieciséis años había juntado el suficiente dinero como para independizarse e ir tirando él solo en su propia casa.

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